Isa Catepillán: La chilena que teje vestidos de novia a crochet desde Australia
¿Hace cuánto tejes?
Tejo desde muy chica, mi mamá me enseñó lo básico, y después aprendí un poco en el colegio…. yo creo que tenia unos 7 años la primera vez que tejí, empece primero con palillos, y unos años mas tarde descubrí el crochet.
¿Qué fue lo primero que tejiste?
¡Una bufanda que me quedó crespa terrible! Me costó años hacer líneas rectas. De chica también hice muchos experimentos con ropa de muñecas. Cuando tenia como 16 me tejí un top diseñado por mí que causó furor entre mis amigas, pero ya un poco mas grande dejé de tejer por muchos años.
¿Podrías contarnos del proyecto en que más has disfrutado trabajar?
Desde que partí haciendo vestidos, el 2015, cada proyecto es mágico y súper desafiante a nivel creativo y técnico ¡Los disfruto todos! Antes cuando hacía bikinis, ponchos o frazadas, me parecía más un hobby, lo pasaba bien tejiendo y me relajaba, pero no me satisfacía a nivel creativo.
¿Cómo llegaste a los vestidos de novia?
Cuando llegué a vivir a Australia llevaba ya hartos años fuera de Chile, viajando y trabajando de lo que saliera. De busquilla, se me ocurrió vender ponchos y bikinis de crochet en un mercadito, pero trabajaba un montón y ganaba poco, así que igual trabajaba en un restorán. Cuando decidí quedarme y postulé a la visa de residencia australiana, me di cuenta que ya no era una viajera y me vino una crisis gigante. No quería irme a una ciudad y volver a trabajar de ingeniero comercial pero tampoco tenía sentido seguir de mesera o babysitter. Sabía que quería vivir en la playa y ser artista, pero no tenía idea cómo ni qué hacer. Me daba vergüenza mostrar mis dibujos y sentía que pintando no era lo suficientemente buena, sabía hacer mosaicos y joyas, pero necesitaba un espacio mas grande y muchas herramientas que en ese momento no tenía. Si quería hacer algo con materiales simples, el crochet era perfecto, pero me parecía una locura vivir del tejido y satisfacer esa sed creativa que me estaba ahogando. Un día se me ocurrió que hacer vestidos de novia podría darme todo lo que andaba buscando pero sabía tejer 3 puntos de crochet así que lo descarté. Pero esa idea seguía volviendo una y otra vez así que decidí intentar. Me pasé uno o dos días enteros mirando vestidos de novia convencionales en Pinterest y tutoriales de crochet en YouTube y sin contarle a nadie empece mi primer vestido ¡Pensé que me iba a demorar un año! Pero para mi gran sorpresa me demoré un mes y seis mese más tarde había tejido 5 vestidos, mi primera colección.
¿Cuánto demoras en tejer un vestido de novia?
Es súper relativo, pero yo diría que en promedio entre 3 y 6 semanas dependiendo de la complejidad del diseño.
¿Tienes tejedoras que te ayuden a llevar a cabo tus proyectos o tejes todo tú sola?
Aún no, pero no lo descarto para el futuro. Tengo buenas amigas que me han ayudado a poner flecos hasta las 3 de la mañana. También he tenido estudiantes de diseño de vestuario en práctica, trabajando para mí. Hace un año mi mamá y tía vinieron a verme a desde Chile y me ayudaron un montón, sin ellas no habría podido montar mi primer desfile en el Byron Bay International Fashion Festival en tiempo récord.
¿Qué tiene el color crudo que no tienen los otros colores?
Es interesante porque soy bien colorinche para mis gustos y me encanta inventar nuevas paletas de color. Pero la mayoría de mis clientas son novias, y el crudo me parece mas rústico y natural que el blanco. El hilo que uso es opaco pero el forro generalmente es de seda natural del mismo tono, la mezcla de texturas las hace ver súper elegantes y los “dibujos” del crochet no se pierden. Al trabajar con un solo color, es más relevante la forma en que mezclas puntos y texturas, al final esa se vuelve mi paleta.
¿Con qué otros colores te gusta trabajar? ¿Por qué?
Me encantaría experimentar con colores naturales. Teñir hilos a base de plantas es un arte en sí mismo, sería lindo colaborar con algún teñidor de técnicas tradicionales.
¿De dónde han sido tus clientas? ¿Tienen algún rango de edad específico o alguna característica que crees que las identifica?
Al principio fueron puras amigas, o amigas de amigas jajajaja ¡Así se empieza! Ahora tengo clientas de diferentes partes del mundo y es súper emocionante. Hay culturas, como la chilena, en que las mujeres son bien reticentes a comprar a distancia, menos un vestido de novia, yo soy igual así que lo entiendo. Pero hay otras culturas en que son más confiados, que llevan años comprando por internet y que si conectan contigo o con tu arte, se lanzan no más. A mí me parece un acto de confianza maravilloso y lo honro al máximo con todo el perfeccionismo y profesionalismo que puedo. Últimamente la mayoría de mis clientas han sido de Estados Unidos.
¿Cómo logras que cada vestido se amolde a la novia que lo encarga sin necesidad de probárselo en persona?
Les mando un documento súper detallado de cómo, cuándo y con quién tomarse las medidas de absolutamente todo el cuerpo. Una vez que las recibo y durante todo el proceso, hago muchísimos cálculos matemáticos (de algo que me sirva ser ingeniero, jejeje) pero aunque parezca contradictorio, también uso mucho mi intuición. Hasta ahora nunca me ha fallado una talla.
¿Qué diseñadoras de moda y de vestidos de novia te inspiran?
Amo todo lo que hace Ulla Johnson de New York, sus vestidos son un sueño y las prendas tejidas son exquisitas. Actualmente ella es mi máximo referente. De vestidos de novia no conozco tanto, pero me encanta Kaviar Gauche de Alemania.
¿Cómo definirías tu estilo?
Creo que llevo muy poco tiempo diseñando como para tener un estilo definido, por ahora, cuando creo mis colecciones aun estoy experimentando y me encanta hacer cosas distintas. Con mis clientas es diferente, tengo súper claro que lo más importante es que ellas se sientan preciosas y muy cómodas, y eso es más importante que un vestido súper creativo y raro. El hecho de que elijan usar un vestido de crochet para el matrimonio es ya original y jugado; y no me gusta empujarlas a que se pongan algo muy experimental solo para satisfacer mi creatividad.
¿Tienes un punto preferido?
Me encantan los puntos con relieve, como las trenzas, las escamas, las pelotitas, los flecos.
¿En qué momento te diste cuenta de que podías diseñar tus propios tejidos?
Desde siempre, porque ya como a los 15 me hacia bikinis sin saber leer patrones. Pero creo que el momento crucial fue cuando hice el primer vestido de novia.
¿Cuáles son tus principales fuentes de inspiración?
Me inspiran los artistas en general. La gente que se compromete con su arte. El proceso creativo tan único en cada individuo. Puedo ir a ver una instalación gigante hecha de metal, una exposición de grabado japonés o un concierto de guitarra acústica…. y me pican las manos por ir a tejer. También amo las plantas, las flores, el mar… pasar tiempo en la naturaleza es inspiración infinita.
¿Cuál es tu lugar preferido para tejer?
Hasta hace poco era mi estudio, pero ahora estoy viajando y me parece fantástico poder llevar mi trabajo en la maleta. Puedo sentarme a tejer en un parque, en un café, o en una pieza de hotel y trabajar desde donde sea.
¿A qué tejedor te gustaría conocer o haber conocido en su época?
Me encantaría conocer a la Helen Rödel en persona, ir a ver su estudio en Sao Paulo y sentarme a conversar con ella. Pero también seria increíblemente enriquecedor ir a conocer a tejedoras anónimas y artistas textiles con tradiciones milenarias, que han recibido sus técnicas de generación en generación, especialmente en el Sur de Chile, Perú, Bolivia, México, Maruecos o Japón,
¿Qué libros de tejido atesoras?
No tengo ninguno!, pero atesoro mi cuenta de Pinterest, ahí tengo tableros secretos con miles de puntos e ideas y lo puedo usar desde mi teléfono. También tengo tableros públicos súper entretenidos que me sirven de inspiración.
¿Haces ejercicios o te das tiempos de descanso para evitar la artritis y otros malestares?
Sí ¡Esencial! Intento salir a correr un ratito todas las mañanas y practicar yoga 2 o 3 veces por semana. A veces pierdo la disciplina, y la espalda y cuello rápidamente se resienten. Descansar también es súper importante. Y aunque he tejido hasta 14 horas diarias para entregar un pedido a tiempo, generalmente trato de no tejer mas de 6 horas al día. Ojo que eso no significa que trabaje 6 horas al día, siempre hay otras miles de cosas que hacer cuando manejas tu propio negocio.
¿Se puede vivir del tejido?
Me encantaría decir que se puede vivir de lo que uno quiera, pero me parece un poco irresponsable dejarlo hasta ahí. En la era Instagram, estamos bombardeados de información acerca de cómo triunfar como artista, de cómo crear tu propio negocio o trabajar desde la casa o viajando y creo que más que inspirar, causa mucha ansiedad. En mi caso, vivir de lo que amo es infinitamente maravilloso y terriblemente aterrador, la disciplina es esencial y súper difícil, hay que estar dispuesta a sacrificar fines de semanas y trabajar más horas extras que las que jamás imaginaste, a veces te va bien y otras no tanto y la incertidumbre financiera es estresante, pero si ese amor es verdadero, siempre vale la pena intentar.
Cuéntanos algo de ti que no tenga que ver con el tejido.
Amo bordar, tejer a palillo, pintar, coser a máquina, cocinar sin recetas y me encanta viajar. Hace poquito dejamos nuestra casita en Byron Bay y estoy acompañando a mi marido a viajar por trabajo al rededor de Australia y Asia. A fin de año nos vamos a Chile y Brasil a visitar a mi familia, así que paso el dato, si alguna quiere vestido que avise pronto!!!!
¿Cuál crees que es la diferencia entre tu estilo de tejido con el de los otros grandes tejedores que hay en este momento?
La gran diferencia es que no soy famosa ni tengo gente tejiendo mis diseños. Y eso hace que el proceso sea súper personal. Cuando una novia me contacta, soy yo la que contesto el email o el teléfono, la que me siento por horas con ellas (o por Skype) para diseñar el vestido de sus sueños juntas, las escucho con sus inseguridades y dudas, y las acompaño en el proceso. Después espero con ansias las fotos del matri que siempre me comparten, y muchas veces incluso seguimos en contacto. Supongo que cuando creces, naturalmente eso se pierde.
¿Algún consejo para los que están recién entrando en el mundo del tejido?
Que aprendan las reglas para después romperlas, que si compran patterns sea para darlos vuelta, transformarlos y adaptarlos a lo que ellos quieren, que se atrevan a diseñar y crear cosas nuevas y que no copien.
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